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¿Qué es la Retinopatía de la prematuridad ROP?

Los vasos sanguíneos de la retina empiezan a formarse 3 meses después de la concepción y completan su desarrollo en el momento del nacimiento normal. Si un bebé nace prematuramente puede alterar el desarrollo normal del ojo, ya que no se ha terminado de formar la retina y esta se puede enfermar.

El riesgo de desarrollar ROP depende del grado de prematuridad, pues los bebés que mayor riesgo tienen son los de menos de 30 semanas de gestación o que pesen menos de 3 libras al nacer, a quienes se les debe hacer el respectivo tamizaje, pues la detección y el tratamiento temprano ofrecen un mayor porcentaje de éxito en el control de la enfermedad.

Igualmente hay otros factores coadyuvantes al desarrollo de la enfermedad los cuales son asociados, pero no son el factor causante de la misma como son haber tenido oxigeno o ventilación en altas dosis, restricción del crecimiento intrauterino, estados infecciosos postparto, sepsis, cardiopatía, paro respiratorio breve y nivel alto de dióxido de carbono, entre otros.

El primer tamizaje a bebés debe ser a las 4 o 9 semanas después del nacimiento. A los nacidos a las 27 semanas o después, normalmente se les hace el examen cuando tienen 4 semanas de edad y a los nacidos antes, normalmente se les hacen los exámenes más tarde.

La enfermedad se clasifica desde el estadio 1 hasta el 5, dependiendo del grado de afectación de la retina, donde el 5 el estadio más evolutivo de la enfermedad y comprende el desprendimiento total de la retina.

El tratamiento para esta enfermedad se realiza con un láser llamado “Fotocoagulador” bajo anestesia local, generando una cicatriz en la parte donde no hay retina, y en el borde de crecimiento de la retina sana se inicia a generar una regresión o involución de la enfermedad, que se puede visualizar a las dos semanas luego del procedimiento. Estos procedimientos son llevados a cabo por oftalmólogos especializados en retina o pediatría.

Las evaluaciones de control se deciden con base en los resultados del primer examen. Si los vasos sanguíneos en ambas retinas han completado el desarrollo normal, los bebés no necesitan otra evaluación.

Un control a tiempo puede evitar el deterioro o pérdida de la visión, por ello no corra riesgos y solicite la cita con oftalmología pediátrica.

Dra. Mónica Rodríguez, MD. Oftalmólogo pediatra
Dra. Martha Montenegro, MD. Oftalmólogo pediatra
Dr. Pedro Julio Acevedo, MD. Oftalmólogo pediatra
Clínica de Oftalmología Pediátrica y estrabismo
Fundación Oftalmológica Nacional